miércoles, 24 de marzo de 2010

Erika Monreal.


Porque tú lo vales.


Siempre me he preguntado la razón por la que mi hermana gusta de comprar cosas extremadamente caras, no usarlas y para colmo no prestármelas… Y he llegado a la conclusión de que seguramente lo heredó de mi papá (cuando choqué me preguntó primero cómo estaba el carro, figúrese nadamás).
Entrevisté a mi hermana al respecto y su respuesta fue algo como: Las bolsas son fieles hasta el último de sus días, te hacen sentir mejor que cualquier hombre y hasta parece que tu amor es correspondido. Pero para ahondar mejor en el tema hasta hice práctica de campo en “conocido centro comercial ubicado sobre el periférico Raúl López Sánchez” y al parecer la hipótesis de mi hermana es cierta, definitivamente es amor a primera vista y además se puede comprar; recordando experiencias pasadas creo que el hecho de comprar es relajante y satisfactorio, hasta te vas a dormir soñando con la ocasión para estrenar ese vestido BCBG que a nadie más en la tienda le quedó (y lo compraste de oferta pero eso es un secreto que solo tú y la cajera saben).
Pero dejándonos de divagaciones he aquí lo que pienso: Todos, absolutamente todos somos materialistas y no creo que sea malo, hasta podría atreverme a decir que es sumamente normal, instintivo tal vez; poseer nos da poder (o al menos eso creemos).
La mención de la imagen es algo que me llamó la atención y creo que es cierto que todos tenemos una imagen por más que digamos que no, queremos que los demás nos vean de cierta manera, incluidos los exóticos de diseño que por cierto se ven igualitos todos con esos pantalones pitillo y lentes de nerd… Acepto solemnemente que “recorto” a la gente pero ¿Quién no? Somos diferentes y siempre va a haber alguien que nos recorte pero ni que hacerle, como dice mi abuelita “todos somos el naco de alguien”.
En fin, respecto al tema he llegado a varias conclusiones:
a) Como se dijo en clase, el materialismo es social y citando al Sr. Buil: “De que te sirve tener equis cantidad de cosas si no tienes a quien presumirle”.
b) No debemos permitir que el materialismo sea el motor de nuestra vida, el amor no se compra ni se vende, al final del día “aunque la mona se vista de seda mona se queda”; ni esos tenis Coach que deseas con toda el alma te van a hacer mejor persona ni el dinero que haya en tu obscenamente bella bolsa te va a garantizar amigos de verdad.
c) Hasta que punto nos afecte lo que los demás piensan es nuestro problema.
d) Consejo muy importante para cuando un objeto que (aceptémoslo) no necesitamos nos haga ojitos es repetir firmemente la siguiente frase: No lo necesito, e retirarse con rapidez del lugar de los hechos pero ojo que no es tarea fácil, se requiere de harta fuerza de voluntad.
e) Ante la duda, decencia y decoro porque una cosa es no ir todos los días de vestido y tacones y otra muy diferente es no bañarse.
¡Mejor aquí le paramos que el abecedario no tiene tantas letras!
Una frase para terminar:

“Fácilmente se contraen hábitos de lujo y difícil se hace después prescindir de ellos, cuando se han convertido en necesidad.” –Fiodor Dostoievsky

1 comentario:

  1. Erika, insisto me gusta mucho como escribes, disfruto leer tus textos... me gusto mucho pero te falto plantear el tema, entraste de lleno al desarrollo que para mi gusto pudiste haberlo ampliado un poco más y tu cierre estuvo genial. Ahí la llevamos!

    Sorry, yo no recorto a la gente... soy de esa rara especie, que no se acuerda que tenía puesta ayer cada quien...

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