“También hay feas que son tontas”.

Brenda Sofía Sánchez Morales.

Esta frase es de la célebre Paris Hilton, heredera de conocida cadena hotelera para responder a la pregunta “¿Tú crees que todas las bonitas son tontas?”

En parte la mujer tiene razón, no sólo por ser considerada (o auto considerarse) “fea”, una persona va a ser sumamente ilustrada y contara con un desarrollado sistema de sentido común. La otra parte de la oración es la que es bastante criticable ya que la afirmación “Todas las mujeres bonitas son tontas” podría calificarse discriminativa o racista.

El materialismo es una manera de marginar, de discriminar, hacer a un lado o hacer menos a las personas por no contar con ciertos objetos. Pero antes que nada, ¿Qué es materialismo?

Actualmente vivimos en un mundo que gira en torno a los material, el que más tiene es el que más vale. Los humanos viven luchando por poder: económico, laboral, moral, familiar, sexual, darse a respetar, despertar admiración, etc. Y por alguna razón creemos que la manera de obtenerlo es demostrando todo lo que se tiene. Estamos tan acostumbrados a que nos entre el mundo por los ojos que apreciamos lo llamativo y guardamos en nuestro inconsciente todas las cosas que se nos inculcan (con gran ayuda de los medios masivos de comunicación), todas esas cosas que “hay que tener” para ser felices.

Un ejemplo burdo: Un niño de 6 años viendo la televisión, película americana de bajo presupuesto en donde una hermosa familia se sienta en una impecable mesa para la hora de la cena. El papá rubio como el resto de la familia, se sienta en la cabecera y les pregunta a sus hermosos hijos que tal estuvo su día, la mamá, con el cabello rizado, delantal y guantes de cocina sobre un elegante vestido, entra al comedor y comienza a servir un delicioso guisado acompañado de verduras. El esposo sonríe mostrando una perfecta dentadura y la mujer exclama “¡Oh Ben! Soy tan feliz”.

Así el pequeño de 6 años que vive en una casa infonavit a las afueras de una ciudad pequeña, cuyo padre se fue de la casa hace muchos años y cuya madre trabaja todo el día dejando al pequeño en casa de su tía, donde no puede hacer nada más que ver televisión; se arma una idea en su cabeza de que así es la felicidad y de que si en algún momento de su vida no puede poseer lo que se le presentó como felicidad, entonces no podrá alcanzar la misma de ninguna otra manera.

Los medios de comunicación son sólo un ejemplo de todos los factores que vemos día a día y que sin notarlo, van cambiando nuestra forma de ver al mundo y nos quieren hacer un poco más superficiales cada vez. Obviamente hay muchos factores que afectan, tampoco podemos echarle la culpa a los medios y al capitalismo por ser uno más de la gran familia consumista.

En mi opinión, poseer no te hace materialista: niñas adineradas, consentidas de papá, cuyos caprichos se han cumplido desde pequeñas, que tienen todo lo que desean; todo esto no las hace materialistas, el problema viene cuando la persona se cree superior por poseer. Tenemos una tendencia tan grande a estar pendientes de lo que piensen los demás de nosotros mismos, siendo que en realidad no es de nuestra incumbencia. Es igual de incorrecto marginar a alguien porque no posee que marginar a alguien porque posee, así nadie esta exento de ser un discriminador materialista, triste pero cierto. Lo mejor que podemos hacer es el esfuerzo, tender a algo mejor que en mi línea de pensamiento vendría siendo la igualdad, sabernos iguales unos a otros si no es por causa natural, entonces por mera convención social, pero definitivamente somos iguales independientemente de lo que poseemos o no.

Ojalá todas pudiéramos ser bonitas e ilustradas, pero lo más seguro es que tengamos que elegir cual es nuestra prioridad, y ultimadamente que nos deje de importar lo que piensen los demás sobre nuestra decisión y que nos deje de importar la prioridad que los demás escogieron.