miércoles, 14 de abril de 2010

Crónica de la segunda clase de reposición.

¿Por qué a mi?

Tras el lento correr de la mañana del viernes 9 de Abril del presente año, logré sobrevivir una clase más con Nona y ansioso por comenzar de una buena vez el fin de semana me reuní con mis compañeros de clase para ver como nos organizaríamos para el magno evento del día. Decidimos con quién nos íbamos a ir en los carros y en mi caso sería con Armando y Luis Ángel, quiénes se percataron de que algo sucedía con el automóvil de Mariana. Para ese momento yo apenas estaba llegando al lugar donde se encontraban ellos, porque me entretuve en el cajero automático y mis amigos me informaron que el medio de transporte de mi compañera se encontraba sin batería pues las luces se quedaron encendidas toda la mañana por alguna razón extraña que quiero creer fue intervención divina o algo del otro mundo.



Manos al volante

Para no hacerla muy de teatro, todos los que estabamos subimos a la camioneta de Armando y llegamos a casa de Chi y recogimos lo víveres que la mamá de ella nos tenía preparados; pasado un momento logramos llegar de nueva cuenta a la entrada de "Viñeros" que da al periférico, donde ya se encontraban el resto del salón terminando de hacer algunas compras en un OXXO. Después de que Janet nos hizo el inmenso favor de facilitarnos los cables para pasar corriente, nos dirigimos de nueva cuenta a la UIA en donde se pudo dar por concluido el problema automotriz de la señorita Torres, quién ahora ya podía conducir una vez más su coche acompañada por Chi.



Tomando camino

Inmediatamente los tripulantes del vehículo de Armando y de Mariana nos dirigíamos a viajar por el periférico teniendo como destino una bella quinta, cede de la segunda clase de reposición. Unos minutos depués perdimos de vista el auto de Mariana pero logramos alcanzar a Elpidio y nos dimos cuenta de que delante de él estaba la camioneta de Karla Lorena, quién cercas del final del periférico giró en un retorno seguido por el "Cruiser" plateado. Nosotros especulamos que tal vez Karla había olvidado algo en el OXXO y que Elpidio como todo un caballero las escoltó para que llegaran sanas y salvas al establecimiento. No habíamos olvidado la posibilidad de que Mariana y Chi se encontraran perdidas en algún punto de la autopista, así que efectuamos llamadas a sus celulares para saber donde estaban, pero lamentablemente no nos contestaron y Luis Ángel cometió el error de marcar otro número; de momento nos estacionamos a la orilla de la carretera justo delante del carro de Janet, pues había hecho lo mismo y Armando fue a hablar con ella mientras Luis y yo mirando desde la camioneta observamos cómo Lili tenía una cara de preocupación y se encontraba sujeta con fuerza a todas las empuñaduras de seguridad del auto en que iba.



El clímax del día

Llegando a la tan esperada quinta nos dispusimos a comenzar a bajar las bolsas con comestibles y desechables a utilizar más tarde. Posteriormente la ligera llovizna nos hizo introducir una de las mesas a la pequeña habitación. Nos alcanzaron las personas faltantes y dió comienzo nuestra agradable clase en donde para concentrarnos en ella se abrieron las primeras cervezas y caguamones acompañados con botana bañada en salsa picante y algo de música. Entre los flashes y nuestras rizas, ágilmente Chi y Janet se hicieron con los primeros utensilios punzocortantes que encontraron, por suerte su fin era comenzar a marinar la carne y mientras ésta llegaba a su punto exacto, algunos de los presentes se desarrollaban físicamente tanto jugando baloncesto en la cancha como nadando en aguas árticas. Pero el momento esperado llegó puesto que los primeros vampiros comenzaron a salir del asador al plato de cada quien y segundos después arribaron las deliciosas quesadillas con chorizo. La clase se torno un poco más tranquila luego de comer pero no menos entretenida ya que por lo menos yo continué riendo y tuve una maravillosa charla con mi maestra y amiga Lili. En un parpadeo el cielo ya estaba oscuro y Luis Ángel ebrio, pero esto no nos detuvo hasta que me di cuenta de que varios de mis compañeros se encontraban limpiando el lugar.



De regreso

Estando de nuevo en la camioneta de Armando me percaté de que había nuevos pasajeros a bordo y en el camino de regreso a Torreón entablamos una muy agradable conversación pues de momento ya nos encontrábamos de regreso en la UIA, donde tuvimos que hacer abrir las puertas de la universidad para que Lili sacara su auto para poder regresar a su casa. Nosotros seguimos camino a la independencia y cercas del centro comercial "cuatro caminos" yo bajé del vehículo agradeciendo por el aventón y por una gran tarde con mis compañeros universitarios.

Sergio A. Estrada

3 comentarios:

  1. cercas??? bolsas comestibles??? siguieron su camino a la independencia??? (me hubieran llevado!!)

    Sergio, tienes que cuidar mucho la forma en que te expresas, por eso es importante leer y usar el diccionario cuando escribes (y cuando no también), la forma en que lo redactaste es muy agrable y dinámica, sólo algunas frases que estan estructuradas un poco complicadas, sin duda, nos cuentas todo lo que paso de una manera ágil y veraz.

    ResponderEliminar
  2. agrable, es agradable.. escribe bien.... liliana

    ResponderEliminar